Con 99 años, Luis Echeverría Álvarez es el único presidente mexicano que ha sido acusado del delito de genocidio, por el que estuvo 847 días en prisión domiciliaria, hasta que fue exonerado en el año 2009.
Fue señalado en las causas judiciales abiertas en 2002 como el autor intelectual de la masacre del Halconazo y citado a declarar ante la Fiscalía especial para movimientos sociales y políticos del pasado (Femospp). Esta, en 2006, solicitó y consiguió que la justicia mexicana librara una orden de aprehensión contra el expresidente.
Aunque un Tribunal Constitucional sostuvo que el delito de genocidio prescribió en 2009 y lo exoneró, la causa sigue abierta.
Al cumplirse 50 años de la represión y la masacre, las organizaciones Comité 68 de sobrevivientes junto a HIJOS México convocaron a realizar una protesta en la casa del nonagenario.
Tania Ramírez, hija de Rafael Ramírez Duarte, un joven estudiante de Economía de la Universidad Nacional Autónomade México y militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre que está desaparecido desde el 9 de junio de 1977, dijo a Sputnik que se trata de «un acto de condena social y exigencia de justicia».
Para ello, se presentaron en las puertas del inmueble de Echeverría ubicado en la calle Magnolia 131, colonia San Jerónimo Lídice, alcaldía Magdalena Contreras de la Ciudad de México, donde señalaron el lugar y entonaron consignas para hacerle saber a los vecinos que «al lado de su casa está viviendo un asesino».
«Aquí vive uno de los expresidentes que inició en México la estrategia conocida como terrorismo de Estado o la mal llamada Guerra sucia, y a él se deben muchas de las desapariciones y los actos de represión que todavía a la fecha, quedan impunes», explicó Ramírez.
Para una de las asistentes, María Elena Chavez, la posibilidad de que haya juicio y castigo a los responsables políticos de las masacres estudiantiles siempre «ha sido un sueño».
«Cuando menos, señalar a uno de los grandes genocidas de este país, que no sabemos cuántas muertes debe, sobre todo de jóvenes que es lo más doloroso», comentó y exigió, junto a los presentes, que al menos se haga un juicio político a quien ocupaba la silla presidencial en 1971.
Este evento precede a la marcha convocada este jueves el 10 de junio a las 16 para conmemorar esta brutal matanza y exigir justicia y castigo para los culpables.
El 10 de junio de 1971 distintos grupos paramilitares reconocidos como los halcones atacaron la primera manifestación estudiantil que se realizaba desde la represión del 2 de octubre de 1968, la matanaza de Tlatelolco.
Los halcones estaban armados con rifles M1, palos y picos con los que se cobraron la vida de al menos una veintena de personas. Se sospecha que la cifra fue aún mayor debido a que los halcones estaban mezclados entre los estudiantes y, según relatos de la época, se atacaron entre ellos mismos.
Según la Comisión nacional de Derechos Humanos (CNDH, ombudsman), la cifra oficial fue de 120 fallecidos y cientos de heridos, entre ellos estudiantes, civiles y prensa nacional e internacional, pero medio siglo después «se desconoce el número real de personas asesinadas, desaparecidas o heridas».
Con información de Sputnik