La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico, central) acordó elevar la tasa de interés a un máximo histórico de 9,25%, al subir por tercera vez consecutiva el indicador de referencia 0,75 puntos porcentuales, para contener la inflación, por decisión unánime de sus cinco miembros.
Frente al «entorno de acentuada incertidumbre, las presiones inflacionarias acumuladas de la pandemia [de COVID-19] y del conflicto geopolítico [entre Rusia y Ucrania] y la posibilidad de mayores afectaciones a la inflación (…), con la presencia de todos sus miembros, [la Junta de Gobierno] decidió por unanimidad incrementar en 75 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 9,25%», informa el banco estatal en un comunicado sobre su decisión de política monetaria.
La tasa de interés nunca había estado en este nivel en la segunda economía latinoamericana desde que la autoridad monetaria mexicana adoptó este instrumento como objetivo operacional en 2008.
El análisis que sustenta la decisión explica que los indicadores preliminares sugieren que «la actividad económica mundial ha continuado desacelerándose en el tercer trimestre» de 2022.
Los gobernadores del banco mexicano señalan que la inflación mundial siguió aumentando en un entorno donde «persisten desbalances entre demanda y oferta en diversos mercados y precios aún elevados de alimentos y energéticos».
Banxico también señala que en su decisión más reciente, la Reserva Federal de EEUU (Fed, banco central) también aumentó el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 75 puntos base por tercera vez consecutiva y anticipó futuros incrementos.
A su vez, un amplio número de bancos centrales de otros países continuaron incrementando sus tasas de referencia, algunos en mayor magnitud a lo previsto.
Riesgos mundiales
Entre los riesgos mundiales, el anuncio destaca «los asociados a la pandemia (de COVID-19), la prolongación de las presiones inflacionarias, el agravamiento de las tensiones geopolíticas y mayores ajustes a las condiciones económicas, monetarias y financieras».
El órgano rector de Banxico prevé que el ritmo de crecimiento de la actividad económica mexicana en el tercer trimestre de 2022 «se desacelere» respecto del crecimiento observado en la primera mitad del año» en curso.
«Las presiones inflacionarias acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico continúan afectando a las inflaciones general y subyacente (que elimina los productos con precios volátiles en la canasta)», enfatiza el banco central.
En efecto, en la primera quincena de septiembre se registraron tasas anuales de 8,76% y 8,27% respectivamente, «manteniéndose en niveles no observados en dos décadas».
Las expectativas inflacionarias para 2022 y 2023 también volvieron a incrementarse.
Las proyecciones del índice de precios al consumidor de mediano plazo (2023) «exhibieron en el margen cierto ajuste al alza y las de largo plazo se mantuvieron estables, si bien por arriba de la meta», que es de 3% (+/- 1%).
En este entorno más complejo, Banxico anticipa que la inflación «converja a la meta de 3% en el tercer trimestre de 2024», es decir en dos años más.
Con información de Sputnik