OPINIÓN

Andrés Manuel López Beltrán, la política y el vino: cosecha 2025

En el país de la “austeridad republicana”, la cosecha política de este año viene con notas de uva importada, crianza mínima y un toque de contradicción. El secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán —Andy, para los amigos y detractores— ha sumado a su cava personal una nueva botella: Realesco S.A., expendio de vinos naturales en Guadalajara. Una sociedad discreta, pero no invisible, fundada cinco meses después de que Andy se convirtiera en el número dos de Morena.

El relato oficial nos dice que no hay conflicto: el hijo del expresidente es apenas un accionista minoritario. Los socios, restauranteros de moda, confiesan que ni lo han visto; que llegó por recomendación de un experto en vinos. Un socio fantasma, pero con nombre que pesa. La inversión: 5 mil pesos. El capital político, sin embargo, es incalculable.

Morena proclama la justa medianía, pero la dirigencia se permite escapadas a Tokio, bolsas Prada incluidas, y alianzas empresariales con aroma a boutique europea. Nada ilegal, quizá, pero sí una contradicción para un partido que se vende como antítesis de la élite que tanto critica.

En política, como en el vino, la etiqueta importa. Y en este caso, la etiqueta dice “austeridad” en el discurso, pero reserva gran reserva en la práctica.

En tiempos de polarización, hasta una copa puede convertirse en símbolo. Lo que no queda claro es si los militantes de base, los que marchan y pegan carteles, podrán brindar por ello. Porque en Realesco, como en la política mexicana, las botellas no están al alcance de todos.

En X @DEPACHECOS

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