OPINIÓN

Congreso de Jalisco: más plazas, menos vergüenza

Los diputados de Jalisco antes de irse de vacaciones decidieron engordar la nómina del Poder Legislativo. Y no, no es para atender una urgencia social ni para mejorar la productividad parlamentaria. Es, como suele ocurrir, para abrirle la puerta a más contrataciones… discrecionales.

El acuerdo interno C.A.P.L. -05-LXIV, cocinado el 25 de julio en la Comisión de Administración, les da vía libre para cubrir vacantes por muerte, jubilación, renuncia o retiro voluntario, pero sin pasar por el incómodo trámite de una convocatoria abierta. Un traje a la medida, bajo la figura de “supernumerarios”, ese término que suena técnico, pero que en la práctica significa que el personal entra por recomendación, no por concurso.

La votación de la propuesta presentada por la emecista Esther Monserrat Pérez Cisneros fue mayoritariamente favorable. Solo el coordinador legislativo de Hagamos, Tonatiuh Bravo Padilla, se atrevió a oponerse. Una abstención solitaria de la diputada de Futuro acompañó la resistencia. El resto —MC, Morena, PAN, PRI, PVEM, PT— aplaudió con entusiasmo digno de una boda de compadres.

El chiste se cuenta solo: el Congreso ya tiene 649 plazas de sobra, según el IMCO. Pero en vez de adelgazar la nómina, la engordan sin pudor. Se escudan en que las contrataciones son “necesarias”, cuando todos saben que son necesarias… para los compromisos políticos que cargan como costal.

No hay trampa nueva, solo la misma vieja receta: aprobarlo rápido, disfrazarlo de procedimiento técnico y asegurar que nadie se quede sin su cuota de recomendados.

En resumen, el Legislativo vuelve a demostrar que cuando hay voluntad… para contratar, no hay obstáculo que valga. Y mientras tanto, el ciudadano sigue viendo cómo su dinero se transforma en nómina, en vez de en leyes útiles.

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