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El Opus Dei responde a la denuncia de esclavitud de 43 mujeres latinoamericanas

En Argentina, Paraguay y Bolivia pareciera que lejos de ser una ficción, ‘El cuento de la criada’ era la realidad de 43 mujeres que fueron esclavizadas por el Opus Dei. Se trata de mujeres pobres, que denunciaron haber sido reclutadas bajo engaños por la organización católica para ser sirvientas de por vida.

Sin sueldo y sin incentivo alguno para que formaran sus propias familias, estas mujeres trabajaban para otros miembros laicos, pero con formación profesional. Vivían separadas por género en las instalaciones de la institución y tuvieron que renunciar a todo. Su relato es similar a la trama del libro de ficción de 1985 de la escritora estadounidense Margaret Atwood —que en 2017 adaptó Netflix para su serie homónima y se dio a conocer en todo el mundo—.

El cuento de la criada transcurre en una sociedad distópica donde las mujeres perdieron todos sus derechos, y son concebidas como «criadas»: un objeto cuyo valor reside únicamente en su capacidad de reproducción. En la trama de la obra se promueve el miedo, sospecha y vigilancia entre ellas como motor para mantener el modelo de sociedad impuesto.

Las captaron adolescentes y humildes, las obligaron a trabajar como esclavas en nombre de Dios

Las 43 mujeres denunciaron públicamente a comienzos de 2021 que fueron sirvientas del Opus Dei entre 1974 y 2015, bajo la categoría de «numerarias auxiliares» (la más baja), y que cumplieron tareas de servicio doméstico en sus países de origen, y algunas de ellas incluso en Italia y Kazajistán.

En una carta enviada al papa Francisco aseguran que fueron manipuladas con promesas de educación y trabajo, que no sabían que les iban a cortar sus vínculos con el mundo, y que serían instruidas para ser sirvientas de élite, de por vida y en nombre de Dios.

Entre los denunciados como responsables están:

El monseñor Fernando Ocáriz Braña, la máxima autoridad del Opus Dei (prelado).
El vicario regional, Vïctor Urrestarazu.

El vicario auxiliar en Roma, Mariano Fazio Fernández, segundo en la línea sucesoria del prelado desde 2019 y antes vicario regional en Buenos Aires durante una década.

Las mujeres piden que la institución reconozca «su error, que les pida perdón, que las compense debidamente y que cese con estas actividades».

La respuesta del Opus Dei ante la denuncia de esclavitud

A comienzos de septiembre la denuncia fue ingresada al tribunal vaticano, en la sección de Abusos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cargo del prefecto cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer. Poco después, el prelado firmó un decreto para llevar a cabo un anuncio que había hecho a finales de enero de 2021: cambiar la estructura sudamericana de la institución, de la que Argentina es históricamente el país con más jerarquía.

El documento, fechado el 29 de septiembre, anunció que para «mejorar el impulso y la coordinación de las labores apostólicas» se creó la Región del Plata (Platensis), compuesta por Uruguay, Paraguay, Bolivia y Argentina, con sede del vicario regional en Buenos Aires, y con delegaciones en Uruguay y Paraguay.

Además, el prelado sustituyó a Urrestarazu —que será enviado a Paraguay— por Juan Lavallol, un ingeniero sacerdote de 45 años. Urrestarazu dijo al portal de noticias del Opus Dei que el cambio le «renueva la ilusión de promover el trabajo como camino para amar a Dios y a las personas y como servicio a la sociedad».

Con información de Sputnik

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