Hernán Díaz es un escritor argentino que vive en Estados Unidos, y que ha cosechado un éxito rotundo con su segunda novela, Fortuna, traducida al español por Javier Calvo y publicada por Anagrama. Se trata de una obra maestra de la ficción, que recrea la vida y obra de un matrimonio de millonarios estadounidenses del siglo XX, los Bevel, a través de una estructura de novelas dentro de novela, que desafía al lector a descubrir la verdad entre las mentiras.
Fortuna es un libro que se disfruta como un rompecabezas, que va encajando sus piezas a medida que avanza la lectura. Cada una de sus cuatro partes corresponde a un nivel narrativo diferente, que ofrece una visión distinta sobre los protagonistas y sus circunstancias. Así, tenemos la novela Obligaciones, escrita por un ficticio Harold Vanner en los años 30, que narra la historia de los Rask, un trasunto de los Bevel; el borrador de las memorias de Andrew Bevel, el magnate financiero que participó en el crac del 29; los recuerdos de Ida Partenza, la secretaria de Bevel que redactó sus memorias; y los cuadernos de Mildred Bevel, la esposa de Andrew, una mujer culta, excéntrica y filantrópica, que murió en un sanatorio suizo.
Estos cuatro niveles narrativos se complementan y se contradicen, creando un juego de espejos que invita al lector a reconstruir la verdad sobre los Bevel, o al menos a acercarse a ella. Díaz demuestra una gran destreza para manejar esta estructura, que le permite abordar temas como la identidad, la memoria, la ficción, la historia, el arte, la economía, la política y la confianza. Esta última es la palabra clave que da título a la novela en su versión original, Trust, y que tiene una doble acepción: por un lado, se refiere a los trust, las grandes corporaciones que dominaron el mercado estadounidense en el siglo XX; por otro, se refiere a la confianza que se establece entre el autor y el lector, y que se ve constantemente puesta en duda por la multiplicidad de voces y versiones.
Fortuna es una novela que se admira tanto por su forma como por su fondo, que combina el rigor histórico con la imaginación literaria, que mezcla el humor con la tragedia, que entretiene y que reflexiona. Es una novela que merece la pena leer, y que confirma a Hernán Díaz como uno de los autores más interesantes y originales de la actualidad.