La moción presentada al Congreso de EEUU por los republicanos Dan Crenshaw y Michael Waltz plantea que se autorice el uso de las Fuerzas Armadas estadounidenses en la lucha en contra de los cárteles de la droga en México, una posibilidad que ha sido calificada como injerencista por el Gobierno mexicano.
«Estados Unidos ya no puede tolerar a los cárteles narcoterroristas. Operando desde paraísos en México, su producción de drogas mortales a escala industrial está inundando nuestro país con este veneno», argumentó el exfiscal Barr en su escrito.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, retomó el tema este 6 de marzo e indicó que ninguna nación puede certificar a México sobre si hay o no terrorismo en sus estados.
«¿Quién les da esa facultad? Pero bueno, es un asunto, una manía. Ya hemos hablado de eso, de que [EEUU] se considera el Gobierno del mundo (…). Ya se irá quitando esa mala costumbre, pero todavía es peor el que quieran utilizar la fuerza militar para intervenir en la vida pública de otro país. O sea, invadir a otro con la excusa de que van sobre narcotraficantes terroristas. Desde luego, es pura propaganda», sentenció el mandatario.
Con él coincide el politólogo Javier Oliva Posada, especializado en temas de seguridad, quien apunta que la propuesta de los republicanos es prácticamente inviable, sin embargo, enfatizó, llega en medio de una antesala de contienda electoral en el país norteamericano.
«[Durante los procesos electorales en EEUU] México se convierte en una arena de debate político donde coinciden la migración, drogas, y esta petición que tiene cero posibilidades de prosperar. Es más un efecto propagandístico que otra cosa», aseguró. «Los dos representantes que promueven la iniciativa van a buscar la reelección».
En entrevista con Sputnik, el también académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la escuela pública más importante del país latinoamericano, aseveró que en la psique de la derecha conservadora estadounidense los narcotraficantes han sustituido a los antagonistas históricos de los estadounidenses: los comunistas y los terroristas.
«El narcotraficante en la psique de la derecha conservadora sustituye al comunista y luego al terrorista en términos de agresor, de venir de fuera, de atentar contra nuestro valores, contra nuestras mujeres, nuestros valores religiosos, la democracia, el libre mercado y su calidad de vida», explicó el académico. «Esto es un asunto muy profundo en la sociedad estadounidense».
Qué es terrorismo y por qué no se cataloga así al narco
Estados Unidos, dijo, cambió completamente su agenda en materia de seguridad nacional luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York. Tras este evento, el país puso como su objetivo número uno la lucha contra contra el terrorismo.
Conforme a la resolución 49/60 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el derecho internacional se define al terrorismo como «los actos criminales con fines políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas».
«Son injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos», apunta la resolutiva.
En este contexto, el especialista de la UNAM aseveró que si bien los cárteles de la droga y los grupos terroristas tienen algunas cosas en común, como el provocar un estado de terror, lo cierto es que los narcotraficantes no tienen motivaciones ideológicas.
«En el ambiente de la ilegalidad, el terrorista y el narcotraficante tienen algunos contactos, pero esto no los hace similares ni aliados ni mucho menos […] Tienen como enemigo al estado de derecho, necesitan lavar dinero; tienen ciertas prácticas similares, pero las motivaciones son completamente distintas», sentenció.
El problema del fentanilo en EEUU
En 2021, 107.622 personas fallecieron por una sobredosis de drogas en Estados Unidos, lo cual representó un incremento de 15% respecto a 2020, de acuerdo con datos recopilados por la UNAM, que alertó sobre el alza en estos casos y que prevé una escandalosa cifra para 2030 si se ignora el problema.
Los decesos por consumo de fentanilo, metanfetaminas y cocaína en Estados Unidos aumentaron de forma considerable, de acuerdo con el médico Enrique Cifuentes García, del Hospital Monte Sinaí, de Nueva York, quien durante su participación en un foro organizado por la misma universidad latinoamericana aseveró que hasta la fecha se calcula que 1,2 millones de personas han fallecido a causa del consumo de estas sustancias.
El médico mexicano alertó que, si la tendencia no se revierte, para 2030 las muertes por adicción podrían sumar 2 millones de víctimas, es decir, se duplicará el problema. Este fenómeno, ya considerado epidemia, se debe en buena parte a políticas públicas equivocadas.
Por Daniela Díaz
Con información de Sputnik