Lejos de pertenecer a la clase popular mexicana, Gregorio Cárdenas Hernández fue uno de los presos más famosos de la oscura cárcel de Lecumberri, en la Ciudad de México, debido a sus atroces crímenes.
A Gregorio Cárdenas le bastaron 23 días para pasar a la historia de México como el primer asesino serial de la historia moderna del país. Fue entre el 15 de agosto y los primeros días de septiembre de 1942 cuando este hombre mató a sus cuatro víctimas.
De acuerdo con lo reportado por los medios impresos que circulaban por aquellos días, fue un 4 de septiembre cuando la Policía llego a la casa marcada con el número 20, en la calle Mar del Norte, en la zona de Tacuba.
Ahí, los cuerpos de seguridad desenterraron los cuerpos de cuatro mujeres, las víctimas que Cárdenas Hernández ultimó en menos de un mes y que enterró en el jardín trasero de su casa.
Datos recopilados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detallan que el hombre, a quien los medios bautizaron como El estrangulador de Tacuba, mató a las jóvenes, cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 21 años, luego de haber sostenido relaciones sexuales con ellas, siendo su última víctima Graciela Arias, su novia.
Aunque los crímenes de Gregorio Cárdenas son atroces por sí solos, algo que llamó la atención de la sociedad en su caso específico fue su perfil académico y social.
El estrangulador de Tacuba tenía 27 años cuando mató a sus víctimas y distaba mucho del perfil que generalmente pintan de un asesino serial. Cárdenas Hernández era un destacado estudiante de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México y merecedor de una prestigiosa beca de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Es un trabajo realizado por el académico de la UNAM Juan de Dios Vázquez, se retrata al asesino como un digno representante de la clase media urbana, cuyos finos modales conservó incluso en la legendaria cárcel de Lecumberri, una estructura que hoy se conoce como el Palacio de Lecumberri y que alberga el Archivo General de la Nación.
Gregorio Cárdenas pasó 34 años preso y luego de su liberación fue usado como ejemplo de la reinserción social del entonces Gobierno mexicano liderado por Luis Echeverría Álvarez, cuyo secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, lo llevó incluso al Congreso en donde El estrangulador de Tacuba recibió una amplia ovación.
Con información de Sputnik