La inconformidad de usuarios del servicio de gas doméstico en Guadalajara con las empresas del grupo Zeta Gas, crece preocupantemente por la manera en que operan, abusando de la confianza de las personas quienes, dan por entendido que los repartidores, son personal capacitado.
Sin embargo, ya son muchos los casos reportados, y que tienen que ver con fugas en las válvulas, tanques deteriorados y repintados, lo peor, los tanques picados y que a simple vista no son perceptibles.
Más aún, porque premeditadamente están surtiendo en el área metropolitana de Guadalajara el servicio con cilindros (tanques) en mal estado y a la hora de requerir otro cilindro, ellos mismos se niegan llevárselo a cambio, advirtiendo que deben adquirir otro nuevo con valor a mil 800 pesos.
“Nos dicen que si queremos pedir nuevamente el servicio mencionan que no es posible cambiarlo por estar picado, si ellos mismos lo dejaron, llevándose mi tanque en buenas condiciones y no se hacen responsables por dejar tanques en malas condiciones, su solución es adquirir el gas en un tanque nuevo con un valor aproximado de $1800 pesos, nos dijo el repartidor de la empresa Thermogas S.A de C.V. con domicilio fiscal en Av, Periférico Norte 15000, C.P. 45400 en el Rancho de la Cruz, Tonalá, Jalisco. de nombre Francisco Arellano”, dijo una de las personas afectadas.
A decir de las víctimas de esta arbitrariedad, la empresa que emite el recibo correspondiente, tiene impreso al corporativo grupo Zeta Gas, sin embargo, se deslindan de cualquier relación con el personal repartidor, señalando simplemente que ya no trabajan en esa empresa y que le hagan como quieran.
Otra madre de familia afectada, dijo que el cilindro que le dejaron instalado en su domicilio, se terminó mucho más rápido que en otras veces, cuando pidió otro tanque, el repartidor se negó a cambiarlo porque el cilindro, sin mayor valoración técnica, a criterio de él, dijo que debía comprar otro porque ese no lo podía aceptar.
Este sistema de comercialización lo realizan en complacencia con la empresa, y en total impunidad, ante la ausencia de las autoridades; ya que en otros casos particulares han acudido a la Profeco, sin embargo la situación solamente se burocratiza y mientras tanto las personas tienen el problema en su casa.
Una vecina adulta mayor inconformidad de usuarios del servicio de gas doméstico en Guadalajara con las empresas del grupo Zeta Gas, crece preocupantemente por la manera en que operan, abusando de la confianza de las personas quienes, dan por entendido que los repartidores, son personal capacitado.
Sin embargo, ya son muchos los casos reportados, y que tienen que ver con fugas en las válvulas, tanques deteriorados y repintados, lo peor, los tanques picados y que a simple vista no son perceptibles.
Más aún, porque premeditadamente están surtiendo en el área metropolitana de Guadalajara el servicio con cilindros (tanques) en mal estado y a la hora de requerir otro cilindro, ellos mismos se niegan llevárselo a cambio, advirtiendo que deben adquirir otro nuevo con valor a mil 800 pesos.
“Nos dicen que si queremos pedir nuevamente el servicio mencionan que no es posible cambiarlo por estar picado, si ellos mismos lo dejaron, llevándose mi tanque en buenas condiciones y no se hacen responsables por dejar tanques en malas condiciones, su solución es adquirir el gas en un tanque nuevo con un valor aproximado de $1800 pesos, nos dijo el repartidor de la empresa Thermogas S.A de C.V. con domicilio fiscal en Av, Periférico Norte 15000, C.P. 45400 en el Rancho de la Cruz, Tonalá, Jalisco. de nombre Francisco Arellano”, dijo una de las personas afectadas.
A decir de las víctimas de esta arbitrariedad, la empresa que emite el recibo correspondiente, tiene impreso al corporativo grupo Zeta Gas, sin embargo, se deslindan de cualquier relación con el personal repartidor, señalando simplemente que ya no trabajan en esa empresa y que le hagan como quieran.
Otra madre de familia afectada, dijo que el cilindro que le dejaron instalado en su domicilio, se terminó mucho más rápido que en otras veces, cuando pidió otro tanque, el repartidor se negó a cambiarlo porque el cilindro, sin mayor valoración técnica, a criterio de él, dijo que debía comprar otro porque ese no lo podía aceptar.
Este sistema de comercialización lo realizan en complacencia con la empresa, y en total impunidad, ante la ausencia de las autoridades; ya que en otros casos particulares han acudido a la Profeco, sin embargo la situación solamente se burocratiza y mientras tanto las personas tienen el problema en su casa.
Una vecina adulta mayor, dijo temerosa de la irresponsabilidad de las compañías gaseras, “Nos ponen en riesgo a todos, no les importa nada, más que tener ganancias, nosotros no tenemos conocimientos ni dinero para adquirir los tanques, ellos nos los cambian sabiendo que nosotros desconocemos de cuestiones funcionales ni técnicas, la autoridad debe responsabilizar a estas empresas de cualquier accidente, explosión o flamazo, porque están conscientes de las condiciones en que tienen sus envases”.
Estos habitantes de diferentes partes de la capital tapatía hacen un llamado a las autoridades correspondientes, Profeco, Protección Civil, entre otras, para que se investigue, responsabilice y le dé certeza de seguridad en la adquisición de este producto, que parece carecer de una supervisión real, poniendo en riesgo la integridad y la vida misma de los consumidores.r, dijo temerosa de la irresponsabilidad de las compañías gaseras, “Nos ponen en riesgo a todos, no les importa nada, más que tener ganancias, nosotros no tenemos conocimientos ni dinero para adquirir los tanques, ellos nos los cambian sabiendo que nosotros desconocemos de cuestiones funcionales ni técnicas, la autoridad debe responsabilizar a estas empresas de cualquier accidente, explosión o flamazo, porque están conscientes de las condiciones en que tienen sus envases”.
Estos habitantes de diferentes partes de la capital tapatía hacen un llamado a las autoridades correspondientes, Profeco, Protección Civil, entre otras, para que se investigue, responsabilice y le dé certeza de seguridad en la adquisición de este producto, que parece carecer de una supervisión real, poniendo en riesgo la integridad y la vida misma de los consumidores.