Un empresario chino señalado por el Departamento del Tesoro de EEUU de financiar la construcción de armas de destrucción masiva para Irán, residía en México desde donde realizaba las transacciones, revela una investigación de la organización independiente Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Las autoridades estadounidenses identificaron a Cheng Mingfu en una zona residencial de León, ciudad del estado de Guanajuato, centro de México, «desde donde supuestamente operaba el financiamiento de armas para Irán», en una trama de presunto lavado de dinero que involucra a 13 bancos de cinco países, indica el reporte de MCCI.
La organización anticorrupción mexicana basó sus conclusiones en investigaciones de la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), una oficina del Departamento del Tesoro de EEUU dedicada a rastrear crímenes financieros.
Las actividades financieras de Mingfu se detallan en reportes confidenciales elaborados por los bancos e instituciones financieras entregados al FinCEN.
Los investigadores de MCCI tuvieron acceso a las pesquisas como parte de un proyecto periodístico coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés), con base en documentos que fueron compartidos por el medio estadounidense BuzzFeed.
El domicilio del empresario de origen chino fue localizado en un restaurante de comida oriental del bulevar Alonso de Torres, cerca del centro comercial Plaza Mayor de la ciudad León, cuyos accionistas son dos ciudadanos chinos que llegaron a México en 2003, según corroboró MCCI en el Registro Mercantil.
La trama de México a Irán
El reporte de la investigación detalla que Mingfu nació en 1980 en la provincia china de Anhui.
El 17 de enero de 2016 fue señalado por el Gobierno de EEUU de apoyar acciones para la producción de armas de destrucción masiva.
Los activos del empresario fueron congelados y fue incluido en la lista de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, en inglés) del departamento estadounidense del Tesoro.
Cuando Mingfu fue incluido en esa lista en la que aparecen narcotraficantes, criminales financieros y terroristas de todo el mundo, el subsecretario interino de Terrorismo e Inteligencia Financiera, Adam J. Szubin, se refirió al programa armamentístico iraní, prosigue el documento.
«El programa de misiles balísticos de Irán representa una amenaza significativa para la seguridad regional y global, y seguirá sujeto a sanciones internacionales», dijo Szubin, según el citado informe.
Un reporte elaborado por el FinCEN, el 24 de junio de 2016, señala que la sucursal en Nueva York del banco británico Standard Chartered identificó 316 transacciones sospechosas, realizadas entre el 11 de enero de 2010 y el 26 de marzo de 2015, por 13,25 millones de dólares, remitidas o recibidas por Mingfu y empresas con las que entabló vínculo de negocios.
Tres compañías quedaron fichadas por las autoridades estadounidenses, ellas son Anhui Land Group, de la cual es accionista el empresario chino, Mabrooka Trading y Candid General Trading LLC.
Anhui es su subsidiaria, dedicada a fabricar componentes industriales, como alambres, cables y sistemas automáticos
La firma Mabrooka es una compañía china de piezas y accesorios eléctricos, químicos y electrónicos.
Finalmente, Candid es identificada como una empresa de informática y minorista de ropa con base en Dubái.
Según los documentos citados por MCCI, Minfgu utilizó una cuenta en la casa de bolsa mexicana Intercam para remitir dinero desde territorio mexicano, y otra cuenta en el Banco de China en Nueva York.
La empresa Anhui participó en este esquema de transferencias mediante cuentas en cuatro bancos de China.
Esos bancos son: el Ping An Bank de Shenzhen, el Export Import Bank of China, el Agricultural Bank of China, y el China Construction Bank.
El esquema utilizó además los bancos estadounidenses JP Morgan Chase Bank y Citibank de Nueva York.
Las otras dos empresas fichadas en esta trama de lavado de dinero (Mabrooka y Candid) utilizaron cuatro bancos de los Emiratos Árabes.
Los reportes confidenciales del FinCEN fueron revisados por MCCI, y la organización mexicana concluyó que pese a las restricciones a esas empresas, Mingfu negoció acuerdos para proporcionar recursos financieros, materiales y tecnológicos.
Las autoridades estadounidenses encontraron indicios de que las empresas involucradas en esta trama «adquirieron insumos para fines civiles que pueden tener aplicaciones militares».
Los insumos de laboratorio para minería negociados por esas empresas, como zinc y aluminio, pueden usarse en propulsores de cohetes.
El ciudadano chino también envió fondos a Teloon Chemicals International, productor de cera de parafina, una sustancia identificada como propulsor sólido para motores de cohetes híbridos.
Además envió fondos a empresas que venden equipos informáticos, que pudieron haberse usado en telecomunicaciones para programas balísticos, fabricantes de una sustancias utilizadas para crear fibra de carbono y tecnología médica, entre otros.
Al menos 30 reportes confidenciales de los FinCEN Files tratan de operaciones de personas o empresas de México, que fueron examinados por tres organizaciones de este país: la revista Proceso, el portal Quinto Elemento Lab y MCCI, participantes de la investigación global.
Con información de Sputnik