El 16 de marzo, durante la conferencia para informar sobre los casos de coronavirus en México, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, denunció que la línea telefónica habilitada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador había sido saturada.
Como causa, arguyó un «sabotaje provocado de manera indirecta», cuando en las redes sociales se daban instrucciones de llamar a las autoridades por el número 800 0044 800 a fin de solicitar la recolección de muestras a domicilio de las personas con los síntomas asociados al COVID-19.
Alejandro Macías, excomisionado de influenza durante el brote de AH1N1 en México en 2009, había mencionado que las pruebas para detectar ese virus eran pocas, lo cual podía esconder la presencia de contagios comunitarios en el país. Al respecto, López-Gatell contestó que, hasta el 13 de marzo, en México se habían realizado 9.100 pruebas para corroborar los casos de coronavirus, aunque señaló que su detección también podía lograrse con el apoyo de herramientas como la línea telefónica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que es importante realizar las pruebas de detección realizarlas a los pacientes con la sintomatología del coronavirus, a fin de aislarlos de la comunidad y evitar la propagación de la enfermedad. Sin embargo, la prueba también ayuda a detectar la presencia del virus en portadores asintomáticos, un aspecto que, por ejemplo, ayudó a Corea del Sur a aislar a los primeros enfermos en la ciudad de Daegu.
Por lo pronto, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha optado por solicitar a la población comunicarse con una línea telefónica de ayuda para identificar a las personas que presenten síntomas del coronavirus. Sputnik pudo corroborar que al marcar el número 800 0044 800 se enlaza con una grabación, la cual pregunta sobre la intención del usuario para conocer las medidas dictadas por las autoridades para prevenir los contagios de COVID-19, o bien, denunciar algún caso sospechoso de coronavirus.
En caso de corroborar el padecimiento de síntomas como fiebre, tos o problemas respiratorios, así como problemas específicos como falta de aire o confusión, la grabación pasa a recomendar el traslado del paciente a una unidad médica para recibir atención a sus síntomas.
Tras el fallecimiento del primer paciente por coronavirus en México, la preocupación por las pocas pruebas de detección ha vuelto al centro de interés. El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) reportó el 19 de marzo el aumento en la afluencia de personas interesadas en realizarse la prueba que confirma la enfermedad. Por tanto, se ha visto obligada a rechazar a posibles pacientes, incluso aquellos que presentaron síntomas.
A partir de este caso algunos gobiernos locales han tomado medidas con el objeto de mejorar la recolección de datos asociados con posibles casos sospechosos de esta enfermedad. Jalisco, entidad con 50 casos confirmados hasta el 24 de marzo, también estableció una línea telefónica de ayuda, pero el sitio web ha denunciado que el número casi siempre se encuentra ocupado.
En la Ciudad de México se optó por implementar un sistema de mensajería SMS, el cual consiste en la aplicación de un cuestionario virtual para detectar síntomas del COVID-19. A partir de las respuestas recibidas, el sistema clasifica al usuario en uno de tres niveles de riesgo: bajo, donde se limita a recomendar medidas esenciales de prevención; medio, donde se da seguimiento a casos con síntomas fuertes, así como a pacientes que hayan viajado a cualquiera de los países con alto riesgo de contagio, y alto, donde Locatel se comunica de inmediato con el usuario y lo canaliza con un pasante de medicina que repetirá el cuestionario para corroborar las respuestas.
Así, por ejemplo, el caso de la usuaria de Twitter @krispycriss ratifica que, en caso de ser clasificado como un caso de alto riesgo, Locatel enlaza al paciente vía telefónica con un médico, quien, a partir de las respuestas obtenidas, brinda una serie de recomendaciones a seguir. Por ejemplo a ella, se le pidió alejarse de las áreas comunes de su casa, así como desinfectar su baño con cloro y lavar su ropa con agua caliente.
Les voy a contar lo que está pasando en mi vida, porque creo que es importante estar al tanto.
De acuerdo con los médicos, tengo alto riesgo de tener Covid-19, así que me pidieron estar aislada 14 días. Aquí mi historia:
— Cristina Díaz (@krispycriss) March 19, 2020
Aunque también se le pide acudir al médico tras finalizar el tratamiento que recibía, en ningún momento se menciona la necesidad de realizar la prueba para confirmar que padece COVID-19. Esta situación, de nueva cuenta, pone en cuestión el uso de los laboratorios y las pruebas en México.
Laboratorios autorizados, pruebas escasas
Hasta el 24 de marzo, la Secretaría de Salud ha autorizado a realizar las pruebas al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, 31 laboratorios públicos —uno por cada entidad del país—, el Hospital General de México, los hospitales 20 de noviembre y La Raza, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y a dos hospitales privados.
Sputnik pudo constatar con Carmen Amescua, vocera del Instituto Salvador Zubirán, la realización de 1100 pruebas en esas instalaciones para el día 20 de marzo, donde no tienen costo. Asimismo, una investigación realizada por la cadena ADN 40 menciona que los candidatos a esta prueba son los casos sospechosos, es decir, aquellos con síntomas visibles como fiebre, dificultad para respirar, dolor de garganta y en contacto con alguna persona o recién llegada de un país con alto riesgo de contagio de COVID-19.
Esta prueba consiste en la toma de muestras de mucosas de las cavidades nasal y bucal de los pacientes. En seis horas se obtiene el resultado, el cual se envía al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, institución dependiente de la Secretaría de Salud encargada actualmente de supervisar los laboratorios aprobados para realizar la prueba de confirmación.
Hoy en día los únicos laboratorios privados que lo pueden hacer son el Centro Médico ABC campus Observatorio, además del Hospital Ángeles Interlomas, ambos en la Ciudad de México. Otros 16 están esperando que el InDRE apruebe sus metodologías. Sin embargo, ya se ha reportado la presencia de laboratorios privados no autorizados para tal tipo de actividades en algunas otras ciudades del país donde cobran hasta 3.400 pesos por llevar a cabo el mismo análisis.
Según reportó el diario El Universal, en estados como Tamaulipas y Oaxaca han sido clausurados tres lugares que afirmaban vender la prueba, aunque sin la certificación del InDRE. Incluso en Ciudad de México se reportó el caso de un laboratorio ubicado en la zona de Polanco, el cual había realizado 450 pruebas para confirmar casos de coronavirus.
El director general del Consejo Mexicano de Empresas de Diagnóstico Médico (COMED), Guillermo Maynez, afirmó en su comentario para Animal Político que los laboratorios privados no van a elaborar el precio único de las pruebas, pero intentarán ofrecer «el precio más bajo posible».
El 23 de marzo la Secretaría de Salud confirmó que el país entró en la fase dos de la contingencia de coronavirus, la de dispersión comunitaria, con 405 personas contagiadas y cinco muertas. Sin embargo, se dice que el brote del COVID-19 todavía está por llegar, lo cual podría obligar al sector salud a reforzar los mecanismos de vigilancia para controlar la pandemia.
Con información de Sputnik