Sputnik dialogó con un especialista en medios de comunicación para analizar el impacto de la caída de varios servicios de la empresa Facebook, que afectó las comunicaciones en todo el mundo, un signo del gran perjuicio de «una concentración excesiva» de redes por parte del conglomerado estadounidense.
«Lo más problemático de que Facebook tenga el monopolio de las aplicaciones más usadas para la comunicación, aunque más que monopolio es una concentración excesiva (…), tiene que ver por un lado con el abuso de posición dominante y con los efectos distorsivos tanto para usuarios de sus servicios como para el resto de la actividad del resto del mercado, de la competencia», dijo a Sputnik el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y especialista en medios de comunicación Martín Becerra.
Agregó también que «además de la problemática que subyace relativa al cruce de datos personales sin consentimiento explícito de los titulares de esos datos», el colapso de ayer «es una demostración cabal de la posición dominante que ejerce Facebook en distintas aplicaciones y en distintos servicios».
En varias regiones del mundo, incluida Latinoamérica, dejaron de funcionar durante horas los servicios de mensajería y aplicaciones, propiedad de Facebook Inc, tras una supuesta falla en sus servidores.
Los usuarios que intentaban enviar mensajes por Whatsapp no lograban hacerlo, el mensaje quedaba pendiente con un reloj, que indicaba que la acción no pudo concretarse. De igual forma, Instagram no actualizaba las publicaciones del feed y Facebook no cargaba la página.
Los servicios de Facebook en Latinoamérica
El Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia (Observacom) manifestó por Twitter —red que no pertenece al conglomerado de Facebook— que este tipo de situaciones afecta el ideal de Internet Libre al que apuntan y pone al descubierto el perjuicio de la concentración en la red.
Desde la organización se propone una corregulación con participación estatal que intervenga y limite el poder de empresas que reúnan los más amplios conglomerados en internet. Algo con lo que Becerra también coincide siempre y cuando se establezcan en sociedades democráticas dado que solo así podrían generarse condiciones de auditabilidad en las grandes plataformas.
Según datos que recoge el Observacom del reporte 2021 de Hootsuite, en Colombia Facebook es la segunda red social con mayor uso, luego de Youtube, al que 93,6% de los internautas prefieren. Le sigue el servicio de mensajería instantánea Whatsapp con 90,7%, Instagram con 82% y el chat de Facebook, Messenger con 70,4%.
Datos similares se recogen en México donde prevalecen los servicios de mensajería y las redes sociales de Facebook: Whatsapp seguido de Messenger y Facebook, que se posiciona en la misma jerarquía que Youtube —ambos con 80% de usuarios—, seguido de Instagram.
En Argentina y Chile, Whatsapp gana también el primer puesto de los favoritos por los usuarios. En este último, trasciende generaciones ya que más del 70% de los internautas de diferentes grupos de edades prefiere comunicarse por esta vía, según indica el informe de Observacom.
Una problemática que va más allá de un colapso de redes
En la región, como en el mundo, miles de personas se vieron incomunicadas en estas aplicaciones que, con mayores posibilidades que los formatos más tradicionales de llamada o mensaje de texto, desde hace décadas ganaron terreno entre los internautas.
Tras percatarse de que las aplicaciones no se encontraban en funcionamiento, los internautas se trasladaron masivamente a otras de la competencia, como Telegram y Twitter que también sufrieron, aunque en menor medida, algunos inconvenientes por la cantidad repentina de usuarios.
A diferencia de Telegram o Signal, los servicios de Whatsapp están bonificados por empresas de comunicaciones, lo que es un factor beneficioso para que los latinoamericanos no deban incurrir en tanto gasto.
En esta línea, Becerra expresó que ya no es solo un servicio suntuario o un servicio de comunicaciones personales superficial, sino que se ha vuelto esencial.
«Es la manera en la que latinoamericanos y latinoamericanas se informan, acceden a su trabajo, sea formal o informal, se educan, acceden a información sobre la vacuna en plena pandemia e incluso reservan turnos para vacunarse, acceden a los servicios de la administración pública, a distinto tipos de prestaciones de los servicios de administración», sostuvo.
A pesar de las inmensas facilidades que proporcionan las redes y la mensajería de Facebook, los problemas ocasionados debido a un fallo y la imposibilidad de acceder a los servicios, este colapso es también una oportunidad para cuestionar los abusos a los tratamientos de datos personales sin consentimiento, el sesgo de los algoritmos con posiciones radicalizadas o extremas, así como la edición de contenidos de interés público que son censurados o bloqueados, «efectos mayores», según Becerra, quien explicó que muchas de las decisiones de la empresa se toman sin «ningún tipo de diálogo con los estándares de derechos humanos».
Con información de Sputnik