El proceso electoral de 2021 será uno de los más grandes y complejos de la historia para el Instituto Nacional Electoral (INE); esto, debido a que el padrón podría superar los 96 millones de personas —6 millones más que en 2018— y que se disputarán alrededor de 3.500 cargos. En 15 estados se renovarán gubernaturas y en 30 se elegirán ayuntamientos y alcaldías.
Sobre este escenario, se inserta la crisis al interior del partido gobernante ocasionada por la falta de consenso para elegir a su próxima dirigencia a nivel nacional, de la cual dependerá la elección de los candidatos y candidatas para competir en los puestos que se disputarán en 2021. Conflicto que se ha agudizado por la intervención del poder judicial que dispuso que el INE debía hacer una encuesta abierta —dirigida a militantes y simpatizantes— para elegir al presidente y secretario general de Morena.
En este sentido, el presidente interino del partido, Alfonso Ramírez Cuéllar, señala en la entrevista con Sputnik que la encuesta es un «método que no garantiza absolutamente ninguna certeza para la elección de los dirigentes de un partido político. Se ha establecido este mecanismo a raíz de una sentencia que es totalmente violatoria de la facultad que tienen los partidos políticos de autorregularse; también violenta la propia Ley General de Partidos Políticos y pisotea nuestras normas internas».
Pero además, sugiere que la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha generado incertidumbre entre los militantes del partido, lo cual califica como «un gran problema de confianza, porque prácticamente este método es producto de un asedio oficial sin precedentes y de un asalto a la institucionalidad de Morena».
Posterior a la entrega de los resultados de la encuesta de reconocimiento, los cuales se dieron a conocer el 30 de septiembre, que definen la lista de los cinco candidatos elegidos para competir por la presidencia del partido, algunos de los contendientes decidieron impugnar los resultados del proceso de elección acusando de fraude al INE.
Al respecto, Ramírez Cuéllar dice que quienes se opongan al fallo electoral «están en todo su derecho», pues incluso «se tardaron en mostrar su inconformidad». Por su parte, indica que desde el inicio «fuimos muy claros, categóricos, manifestando nuestro rechazo absoluto a esta forma absurda de intervenir en la vida de un partido político».
El papel de Morena en el nuevo mapa político
Los comicios electorales de 2021 no solo serán importantes por su magnitud, sino también porque determinarán el panorama político de los próximos años, entre el partido que obtenga la mayoría y el grupo que se geste como su principal oposición. La fuerza que se muestre en las urnas marcará el rumbo de México hacia 2024.
Con este escenario de fondo, las próximas elecciones también jugarán un papel importante para Morena, debido a que se definirá el apoyo con el que cuenta a nivel nacional y, por ende, su capacidad para posicionarse ante la oposición. Pero además, deberá obtener la mayoría en el Congreso de la Unión, pues de ello depende la consolidación del proyecto propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No obstante, el punto débil de Morena posiblemente se encuentre en su organización dado que las discrepancias más importantes están al interior; por ello, para el también diputado con licencia, el reto principal en el corto el plazo es llegar a un acuerdo que logre garantizar la unidad.
A pesar de que los conflictos al interior de Morena recuerden a las pugnas entre grupos en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Ramírez Cuéllar apunta que son fenómenos totalmente distintos, pues en el caso de su partido corresponden a «problemas propios de un partido joven que además ha llegado al Gobierno».
«Hay que reconocer que nos falta institucionalidad, que necesitamos elevar los acuerdos al interior; pero son partidos totalmente distintos, el PRD estaba muy descompuesto, se convirtió en apéndice tanto de [Felipe] Calderón como de [Enrique] Peña Nieto y eso fue lo que trastocó toda su vida institucional, y su dinámica interna», aclaró el actual presidente de Morena.
Respecto a contra quienes se disputarán las elecciones de 2021, Ramírez Cuéllar comenta que se ha hablado de que podría constituirse una coalición entre los partidos de oposición, la cual incluiría al PRD, al Partido Revolucionario Institucional (PRI), al Partido Acción Nacional (PAN) y a Movimiento Ciudadano (MC) para competir en conjunto contra los candidatos de Morena.
«Vamos a ver si lo logran, están en su derecho, la ley se los permite. Nosotros tenemos una ventaja muy importante en relación a todos ellos, vamos con una expectativa de aceptación mayoritaria en las 15 gubernaturas y en los 300 distritos electorales; entonces, es muy factible, hay grandes certezas en el sentido de que Morena volverá a ser mayoría en la Cámara de Diputados», aseguró.
Las elecciones de 2021 marcarán un parteaguas en la vida política del país, pues también definirá el rumbo del partido que gobernó por más de 70 años. Sobre este punto, Ramírez Cuéllar indica que «el PRI ya dio de sí, creo que el PRI ya no tiene futuro».
Cabe destacar que según las encuestas del mes de agosto en perspectiva a las elecciones de 2021, Morena tiene el 40,02% de la preferencia para elegir a diputados federales, seguido por el PAN con 24,28% y el PRI con 11,82%.
En medio de este escenario que, al parecer daría nuevamente la mayoría a Morena, el partido también se encontraría con grandes retos para consolidarse en el Gobierno de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Para lograr posicionarse, Ramírez Cuéllar dice que desde la militancia de Morena continuarán «profundizando la unidad, nuestro diálogo con la sociedad, nuestros esfuerzos para continuar con todo el proceso de acercamiento con los ciudadanos. Apoyar y profundizar las transformaciones que encabece el presidente de la república».
De momento, la próxima dirigencia de Morena tendrá sobre sus hombros uno de los procesos electorales más importantes del partido; además que, indirectamente, jugará un papel importante en la nueva dinámica política del país, con Morena como mayoría y con algunos partidos conocidos aún más debilitados.
Por ello, el actual presidente de Morena dice que los retos del partido a corto y largo plazo, es «tener mayor identidad, necesitamos buscar institucionalizarnos, atender a la militancia con mayor fuerza, la formación política e intensificar el diálogo con los distintos sectores de la sociedad».
Con información Sputnik