Cada año, miles de niñas y niños, mujeres y hombres, caen en las manos de mafiosos que terminan explotándolos sexualmente, en trabajos forzados o matándolos para vender sus órganos. Prácticamente todos los países del mundo están afectados por la trata de personas, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas.
A nivel mundial, cada vez son más los países que detectan a víctimas y denuncian a los traficantes de estas mafias. Ello conlleva una mayor facilidad en la detección de estas víctimas, pero, en consecuencia, también un aumento de las cifras de trata de personas.
Naciones Unidas (ONU) estima que hay más de 2,5 millones de víctimas de la trata. Sin embargo, advierte que por cada víctima de la trata de personas identificada existen 20 más sin identificar.
¿Qué es la trata de personas?
La trata de personas es la captación, traslado, transporte, la acogida y recepción de personas dentro de un país o a través de fronteras para explotarlas. Estas personas son víctimas de amenazas, violencias físicas u otro tipo de coacción, rapto, fraude, engaño, abuso de poder.
Las personas tratadas pueden ser sometidas a la explotación sexual comercial, la mendicidad forzada, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos. Las niñas y niños pueden ser utilizados como objetos de venta para la adopción o como soldados.
La trata es interna cuando las distintas etapas del proceso se desarrollan dentro un país y es internacional cuando involucra a más de un país. Los protocolos internacionales actuales la definen como «una forma de esclavitud moderna».
¿A quiénes afecta?
Este crimen está presente en casi todos los países del mundo, que pueden funcionar como punto de origen, tránsito o destino de las personas tratadas. Un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) publicado en 2019 reveló que:
El 72% de las víctimas de trata en el mundo son niñas, adolescentes y mujeres adultas.
El destino más frecuente (59% de los casos) es la explotación sexual, seguido del trabajo forzado (34%).
La mayoría de las víctimas de la trata son víctimas dentro de las fronteras de sus países; las víctimas de la trata en el extranjero se trasladan a los países más ricos.
Los datos también muestran que la trata de personas ocurre a nuestro alrededor, ya que la proporción de personas afectadas dentro de su propio país se ha duplicado en los últimos años al 58%, según el Informe Mundial de la UNODC de 2018 sobre la trata de personas.
La ONU advierten que las personas necesitadas de protección internacional que se mueven de manera irregular o que se encuentran en situaciones prolongadas son particularmente vulnerables a ser víctimas de trata y pueden no ser capaces de buscar ayuda de las autoridades estatales para escapar de una situación de explotación.
¿Por qué trata no es lo mismo que tráfico ilícito de migrantes?
Hay tres diferencias importantes, según la ONU:
El consentimiento: en el caso de tráfico ilícito de migrantes, que suele realizarse en condiciones peligrosas o degradantes, los migrantes consienten en ese tráfico. Las víctimas de la trata, por el contrario, nunca han consentido o, si lo hicieron inicialmente, ese consentimiento ha perdido todo su valor por la coacción, el engaño o el abuso de los traficantes.
La explotación: el tráfico ilícito termina con la llegada de los migrantes a su destino, en tanto que la trata implica la explotación persistente de las víctimas para generar ganancias ilegales para los traficantes.
La transnacionalidad: el tráfico ilícito es siempre transnacional, mientras que la trata puede no serlo, puede darse dentro del mismo país.
Día Mundial contra la Trata 2020
Este año ONU dedicó la conmemoración a quienes trabajan en primera línea para terminar con la trata de personas. Según publicó en su página web, el objetivo es recalcar sus esfuerzos en identificar, apoyar, asesorar y buscar justicia para las víctimas de la trata y desafiar la impunidad de los traficantes.
«Durante la crisis del COVID-19, el papel esencial de estas figuras de socorro se ha vuelto aún más importante, particularmente porque las restricciones impuestas por la pandemia han hecho que su trabajo sea aún más difícil. Aún así, su contribución a menudo se pasa por alto y no se reconoce», advierte.
Con información de Sputnik