· Mientras que en la ciudad se incrementa la inseguridad y los asaltos se encuentran a la orden del día, la Comisaría de Guadalajara se dedica a extorsionar y detener a trabajadores incluso dentro de lugares privados a los que sólo deben ingresar con una orden de un juez
Por Sergio Villa Pérez
Al menos 10 patrullas y oficiales a bordo de 8 motocicletas así se llevó a cabo el “valiente” operativo de la Policía de Guadalajara para detener a José Luis, un trabajador de una tienda de ropa de la zona Revolución, simplemente porque a su parecer se trataba de un “viene, viene” a quienes el Ayuntamiento ha declarado proscritos de las calles de Guadalajara.
El arresto se llevó a cabo en el interior de una tienda, a pesar de que se encontraba dentro del estacionamiento de ese establecimiento privado.
Mientras la delincuencia permea en las calles de Guadalajara José Luis fue detenido con toda la “fuerza de la ley” cuando lavaba uno de los autos en el estacionamiento de la misma, con el pretexto de que se necesitaba de un permiso especial para llevar a cabo dicha tarea, cuando no hay ningún reglamento que señale la obligatoriedad de dicho permiso.
Fueron una veintena de policías a bordo de dos patrullas una de ellas identificadas con el registro UREPAZ-21, y más elementos a bordo de una motocicleta de la comisaría de Guadalajara los que se necesitaron para detener al trabajador que se gana la vida realizando todo tipo de labores dentro de la tienda.
De nada sirvió que el gerente de la tienda Juan Jiménez, mostrara incluso el gafete del trabajador para que quedara constancia de que no era un “viene, viene”, como argumentaban los genízaros, pues incluso amenazaron con llevarse al gerente si continuaba defendiendo a su trabajador.
Lo que evidencian los policías con su acción es un simple afán recaudatorio ya que una vez que el trabajador que fue remitido a la policía, la “multa” que piden para soltarlo es de 3 mil pesos.