En el tumultuoso escenario político de Jalisco, la confrontación entre el gobierno y los medios de comunicación ha alcanzado un nuevo clímax. El reciente mensaje del gobernador Enrique Alfaro, en respuesta a las publicaciones del periódico El Informador, deja en claro que la batalla no solo se libra en las calles, sino también en el terreno de la opinión pública.
Enrique Alfaro comienza su declaración con una contundente afirmación: «No acostumbro a perder el tiempo contestando mentiras de ningún medio de comunicación». Esta frase, cargada de desprecio, refleja el desencanto del gobernador hacia lo que considera una campaña de desinformación liderada por Carlos Álvarez del Castillo y su hijo, Junior. Alfaro se refiere a ellos como «extorsionadores profesionales», dejando entrever que, según su perspectiva, las críticas lanzadas desde El Informador no son más que un intento de chantaje.
Las acusaciones de El Informador son serias: afirman que la seguridad en Jalisco está colapsada, que el transporte público es pésimo y que el río Santiago ha sido abandonado. Sin embargo, Alfaro presenta datos que pintan un cuadro diferente. Según el gobernador, su administración ha logrado reducir la inseguridad pública en un 62% y los homicidios dolosos en un 33% durante sus casi seis años de mandato. Estos logros, afirma, son resultado de una estrategia sólida y la implementación de un escudo urbano efectivo, respaldados por la creación de una Policía Metropolitana comprometida con la paz y la tranquilidad de los jaliscienses. ¿Usted estimado lector está de acuerdo con los dichos del gobernador?
El saneamiento del río Santiago es otro punto de controversia. El Informador acusa abandono, pero Alfaro resalta que su gobierno ha iniciado un proceso de saneamiento con una inversión de 4,600 millones de pesos, sin apoyo del gobierno federal. Promete resultados contundentes al final de su administración, queriendo mostrar así su compromiso con el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
El sistema de transporte público es otro frente en esta guerra de declaraciones. Según Alfaro, los usuarios han calificado el sistema con un 8.1, una mejora significativa desde que su gobierno asumió el control de un sistema previamente reprobado. Este dato, según el gobernador, demuestra el esfuerzo y la efectividad de su gestión en este ámbito.
Finalmente, Alfaro lanza una advertencia a Carlos Álvarez del Castillo y a su hijo: «Pueden atacarnos todo lo que quieran… la realidad es que no nos hace nada porque nosotros trabajamos y damos resultados». Este desafío, cargado de determinación, tiene que ver con lo que el gobernador llama ‘el respaldo que ha recibido de la mayoría de los jaliscienses’, y asegura así lo demuestran los resultados de la reciente elección, donde Movimiento Ciudadano perdió el Senado , TODAS las diputaciones federales, la mayoría de las diputaciones locales, perdió el Ayuntamiento de Tlaquepaque y El Salto, además, está en juicio el Ayuntamiento de Guadalajara, y se mantiene la impugnación a la elección a gobernador. Queda claro que, Enrique Alfaro también perdió la capacidad de la autocrítica.
La confrontación entre Enrique Alfaro y El Informador es un recordatorio de que la lucha por la opinión pública es tan intensa como cualquier otra batalla política. La verdad, como siempre, será el juez final en este conflicto.