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Carreteras, impuestos y propaganda

Un boletín anodino anuncia: “Diputados solicitan recursos para la rehabilitación de carreteras en Jalisco”. La foto es impecable: firmas relucientes, sellos de recibido, sonrisas protocolarias. Si uno no supiera de qué se trata, diría que los caminos ya quedaron asfaltados con tinta y saliva.
Lo que en realidad está en juego no es un bache en la carretera a Colotlán, sino el paquete económico que el próximo lunes Hacienda pondrá sobre la mesa: Ley de Ingresos, Presupuesto de Egresos y Miscelánea Fiscal. Tres piezas de ajedrez con las que el gobierno pretende tapar el hoyo de sus finanzas, aunque para ello exprima al ciudadano común.
El secretario de Hacienda, Edgar Amador, anunció que aumentarán impuestos a bebidas azucaradas y productos “chatarra”. El disfraz será una cruzada por la salud, pero en realidad es el viejo truco de ordeñar al pueblo bajo la bandera de su bienestar. Cigarros y alcohol, desde luego, tampoco se salvan. Y el IEPS, ese Frankenstein fiscal que grava lo que se mueve y lo que no, también tendrá su respectiva cirugía.
Por si fuera poco, Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia, adelantó que habrá reforma aduanera “de gran calado”. Traducción: se moverán incentivos, tarifas y controles en una de las principales cajas registradoras de la Federación. Y no es exageración: de enero a julio, las aduanas dejaron 836 mil 808 millones de pesos, una cuarta parte de todo lo recaudado. Con el turismo desplomado por la violencia y Pemex paralizado, las aduanas y las remesas son los últimos respiradores del sistema.
Los números, sin embargo, son tercos. Para 2025, el endeudamiento será de 1.5 billones de pesos. En el último año de López Obrador se pidieron dos billones. ¿Cuánto más se pedirá en 2026, año de promesas electorales infladas como globos de feria? ¿Quién pagará la cuenta cuando el déficit ya no pueda esconderse con discursos de austeridad republicana?
Es aquí donde aparece la jugada propagandística de los diputados morenistas de Jalisco, coordinados por Alberto Maldonado. Acompañados del Verde y del PT, desfilaron a Hacienda con una petición formal: que en el Presupuesto 2026 se contemple una partida extraordinaria para rehabilitar carreteras en Jalisco. Sellos, firmas, fotos. El ritual de cada septiembre.
Nadie niega que las carreteras están hechas pedazos. Lo sabe cualquiera que recorra la libre a Tepatitlán o los tramos hacia la Costa. Pero la petición no es más que coreografía: un acuse de recibido que, con suerte, se convertirá en renglón dentro de un presupuesto ya amarrado desde Palacio Nacional.
El verdadero problema es otro: el gobierno gasta más de lo que tiene, y para cuadrar el círculo se endeuda y aumenta impuestos al consumo. Mientras tanto, los diputados venden como victoria lo que es apenas un trámite. Una danza de propaganda que maquilla la realidad: las carreteras seguirán rotas, pero los contribuyentes ya pagaron el peaje.
En X @DEPACHECOS