Por Rosalinda Ortiz
Vehículos propiedad de la Auditoría (ASEJ) a nombre de un despacho jurídico-contable; otro mas a nombre del propio auditor superior Jorge Alejandro Ortiz y con placas del Distrito Federal.
Son solo dos botones de muestra de la “ley” que impera al interior de la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ), la corrupción.
Así es, el ente fiscalizador en el estado, que debería vigilar la correcta aplicación de los recursos públicos, aprovecha la inacción de todo un aparato burocrático para no solo enriquecerse sino para dejar pasar y hasta propiciar todos los actos de corrupción que actualmente se ven por todos los municipios y organismos públicos.
A su llegada, en Diciembre del 2018, el auditor Jorge A. Ortiz,
Se “deshizo” de gran parte de la plantilla laboral, curiosamente, de todos aquellos que pudieran comprometer la “fiscalización” que hoy se hace a modo.
Despidió sin justificación a 5 trabajadores del área de informática a pesar de tener base y metieron en su lugar 8 afines a los nuevos funcionarios, todos del grupo UdeG.
Pero lo mas increíble fue que también despidió a 30 auditores de Obra Pública! Solo quedan 10 para todo el estado.
A los Jefes de departamento los conservó por contar con base, pero los relevó y mandó a hacer todo tipo de actividades, algunos, son notificadores, sin tener la personalidad jurídica para ello y que podría costarle a la ASEJ que todos los procedimientos contra Ayuntamientos, quedaran sin efecto.
Pero sus funcionarios, que no cuentan con el nombramiento de ley, se han atrevido a firmar como jefes de departamento incluso, ¡licitaciones!
Y como ninguno de sus amigos cuenta con la experiencia y conocimiento, prácticamente los servicios del nuevo edificio están sin funcionar: no funciona desde hace meses el reloj checador, lo cual deja en estado de indefensión a todos los empleados.
El sistema de detección de sismos (solo hay dos en el Estado) tampoco funciona por falta de mantenimiento.
¿Y las auditorías? Pues simplemente…no hay porque no tienen personal.
Así de obsoleta nuestra Auditoría Superior de Jalisco.
¿Y los recursos que reciben?
