El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que el derrame de hidrocarburos en la Sonda de Campeche, al sureste del país latinoamericano, es de menor tamaño al que refirieron especialistas y medios de comunicación nacionales.
El fin de semana, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicaron en un comunicado que el incidente en el campo Ek Balam, de esa región, tiene una extensión aproximada de 467 kilómetros, esto tras realizar el análisis de la zona con imágenes de radar.
«Probablemente [el combustible] se dirigirá hacia el este-noreste y eventualmente recalará en las costas del Golfo, en Veracruz, Tamaulipas o Estados Unidos», señaló la académica Gabriela Gómez Rodríguez, integrante del Instituto de Geografía perteneciente a la casa de estudios.
Mientras tanto, Petróleos Mexicanos (Pemex) reconoció el derrame de aceite. Son «dos puntos de fuga en el ducto, fueron pequeñas fisuras de 7 cm de longitud por 1 mm de ancho y un poro de 1.2 cm de diámetro», expuso en un comunicado al precisar que el volumen de hidrocarburo involucrado fue de 365 barriles de petróleo, que afectó un área de 0,06 km.
Ante ello, el mandatario mexicano fue cuestionado sobre la relevancia y consecuencias de este hecho.
«Pemex tiene dos eventos muy lamentables: una pequeña fuga ya disuelta de aceite, mucho, mucho, muy pequeña, nada qué ver con lo que decía Reforma, [que era] una exageración, un invento», aseguró en su conferencia de prensa matutina.
El segundo incidente fue la explosión en la plataforma Nohoch Alfa de Pemex, ocurrida el pasado 7 de julio.
«Fue una explosión de gas, pero se dispersó completamente la molécula. No hay ya afectaciones por [este hecho], pero sí causó la muerte de dos trabajadores y uno o dos desaparecidos», concluyó.
Con información de Sputnik