Aunque la llegada de la tercera ola del COVID-19 y la aparición de la variante Delta han provocado temor entre la población, basta continuar con las medidas de prevención sanitarias y tener responsabilidad individual para evitar desenlaces trágicos. Pero, sobre todo y muy importante: vacunarse, sin importar la marca de la dosis, declaró en entrevista el doctor Pedro Martínez Ayala, infectólogo del Hospital Civil de Guadalajara (HCG).
“La tercera ola es una realidad, es innegable. No queríamos que llegara, pero aquí está y podría haber cuarta o quinta olas mientras no estemos vacunados 70 o 75 por ciento de la población; no va a poder desaparecer. Esto terminará gracias a la ciencia, pero depende de nosotros si seguimos las indicaciones”, expresó el especialista.
Recapituló que se están presentando más de 20 mil nuevos casos al día en México, y en Jalisco ha habido momentos en que se han registrado más de 800 y diez defunciones diarias. El virus ha evolucionado y, por ello, presenta diversas variantes que preocupan.
“La más famosa es la Delta, que se incubó en India en mayo de este año, cuando hubo muchas muerte y desgracias, y se vivió un contexto caótico. Es una variante de preocupación, porque ya se demostró que es más transmisible. Una persona enferma puede contagiar a ocho, a diferencia del COVID-19 original, que sólo contagiaba a dos. Eso está comprobado. Lo que ahora desconocemos es si hay mayor hospitalización”, declaró Martínez Ayala.
En Jalisco ya hay un caso secuenciado, pero se desconoce la magnitud o cuál porcentaje del virus en la entidad es de la variante Delta; tomando en cuenta que en Reino Unido, Israel o Estados Unidos dicha variante se ha vuelto la dominante, se podría pensar que aquí ocurrirá algo similar.
“La buena noticia es que el COVID-19 es una enfermedad prevenible. Vacunándote, usando el cubrebocas y manteniendo sana distancia. No acudir a bares o restaurantes y en tu espacio de trabajo evitar aglomeraciones. Si todos hacemos lo que nos corresponde, esto no se transformará en una crisis como la de enero, cuando hubo más muertes y hospitalizaciones”, agregó Martínez Ayala.
Recordó que el cubrebocas se debe de utilizar de forma adecuada, no retirárselo al estornudar, pues los virus se quedan en el aire y quien camine por ahí sin cubrebocas se puede infectar. En espacios como el transporte público nunca hay que retirárselo y en oficinas y hogares es importante ventilar.
Ante el hecho de que estén rondando mitos, historias en redes sociales de gente que supuestamente se vacunó y aún así se infectó, y murió, Martínez Ayala respondió:
“La vacunación completa tiene efectos dos semanas después de las dos dosis, o una semana en el caso de las que son de una dosis. En la primera dosis no estás protegido, si se trata de un esquema de dos aplicaciones. En todos los casos que he atendido, cuando tienen la segunda dosis, quien se infecta, nunca me ha tocado un caso de muerte; lo más probable es una enfermedad leve y seguramente no necesitará intubación ni morirá. Una vacuna es como un cinturón de seguridad: si sufres un accidente y no traes puesto el cinturón, es altamente probable el desenlace fatal. Lo más seguro es estar vacunado. Hay unas de mayor eficacia, como Pfizer, que tiene eficacia de 90 por ciento hasta con la variante Delta. Pero ninguna tiene 100 por ciento de protección para no enfermarse, pero todas las vacunas tienen alrededor de 90 por ciento de efectividad para no morir”.
Puntualizó que es mejor tener la vacuna, a no tener nada. “Y, por supuesto, continuar con las medidas de prevención. Próximamente se podrá escoger con cuál marca vacunarse. Pero, hoy por hoy, si tuviera que dar un consejo es: que se pongan la vacuna. La que sea”, concluyó.
Con información de Prensa UdeG