OPINIÓN

LA MESA QUE QUIERE DOMAR AL MONSTRUO DE CONCRETO

En Guadalajara hay un monstruo que no duerme. Se llama López Mateos y cada día traga —con prisa y con humo— a más de 200 mil automóviles. No tiene horarios, pero sí colmillos: embotellamientos que duran horas, contaminación que asfixia, accidentes que engrosan estadísticas y, de fondo, una vida cotidiana deteriorada en el sur de la metrópoli.

El Gobierno de Jalisco decidió, al fin, sentar al monstruo en una mesa. Una mesa larga, vestida con discursos, micrófonos y promesas. La bautizaron “Mesa Técnica y Ciudadana”, como si los títulos pomposos pudieran disimular décadas de improvisación y negocios disfrazados de urbanismo.

Pablo Lemus, el gobernador, apareció como anfitrión del ritual democrático. “No mandé representantes, vengo a escucharlos”, dijo, convencido de que el gesto bastaba para borrar la memoria de un Estado que en los últimos 30 años autorizó fraccionamientos sobre cañadas, vialidades sin transporte masivo y centros comerciales que sangran el tráfico.

La foto incluyó a 60 líderes vecinales de Zapopan y Tlajomulco, cámaras empresariales, académicos, transportistas. Cada uno con su receta mágica: desde un tren subterráneo hasta carriles de alta demanda, desde transporte escolar hasta carpooling obligatorio. Ideas frescas que suenan a novedad, aunque varias ya figuran en diagnósticos olvidados en los cajones del Imeplan.

El corredor López Mateos es un espejo de la metrópoli entera: crecimiento urbano voraz, transporte público insuficiente, peatones invisibles, ciclistas en riesgo mortal. Su saturación no es un accidente, es una política: la del permiso rápido al constructor, la del silencio ante la especulación inmobiliaria, la del “siga usted circulando” aunque ya no haya por dónde.

Ayer miércoles, se instaló una mesa con cinco submesas: movilidad, transporte de carga, ordenamiento territorial, infraestructura y seguimiento de los Diálogos 2023. El reparto de sillas se lee como un consejo de notables: SITEUR, SETRAN, Imeplan, SIOP. Todos los que ya tuvieron la oportunidad de prever este desastre… y que ahora regresan como salvadores.

En los pasillos se deslizó el debate más incómodo: el famoso “segundo piso”. Para unos, la modernidad prometida. Para otros, el último clavo en el ataúd de la movilidad sustentable. Las voces ciudadanas se dividieron entre quienes sueñan con una vialidad elevada y quienes exigen transporte público de calidad. Nadie preguntó por el costo ambiental, ni por los contratos que semejante obra podría detonar.

El fantasma del cemento elevado flota porque la tentación es grande: inaugurar concreto rinde más réditos políticos que consolidar rutas de transporte masivo. Y porque las constructoras, representadas en la mesa, no suelen invertir en ciclovías ni en semáforos inteligentes.

Cynthia Cantero, Secretaria de Planeación, habló del reto metropolitano, de la necesidad de acuerdos, de la pertinencia de la participación ciudadana. En su diagnóstico, López Mateos encierra movilidad, medio ambiente, servicios públicos y crecimiento urbano. Una radiografía impecable que deja la duda de siempre: ¿será un parteaguas o un capítulo más de la retórica del consenso?

Mientras tanto, los alcaldes de Zapopan y Tlajomulco se abrazaron a la narrativa de cerrar filas y escuchar a los vecinos. El Rector del ITESO, con tono académico, pidió revisar los fondos federales, estatales y municipales. Y los líderes vecinales agradecieron ser escuchados, como si la cortesía política fuera solución al tráfico que cada mañana devora sus horas de vida.

Al caer la tarde, la mesa concluyó con aplausos y fotografías. El boletín oficial hablará de participación histórica, de corresponsabilidad ciudadana, de bases sólidas para la toma de decisiones. Afuera, en la avenida, el monstruo seguía rugiendo: claxon, humo, frenazos, conductores resignados.

La mesa podrá producir documentos, diagnósticos y hasta un plan maestro. Pero el tiempo dirá si lo que se instaló fue un espacio real de planeación o un escenario más de simulación política. Porque López Mateos no entiende de discursos: exige transporte público eficiente, urbanismo responsable y decisiones que, por primera vez, piensen en la ciudad antes que en los negocios.

Ese es el verdadero reto. Y ese, hasta ahora, sigue pendiente.

En X @DEPACHECOS

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