Por Alfonso García Sevilla
Vale reflexionar acerca del papel que está jugando AMLO en la democracia mexicana, aquella que él decía que iba a transformar y que desde el extranjero se encargan de corroborarnos que si es pasión, mejor que se nos borre. Nuestro presidente continuará con la tradición del presidencialismo fuerte, avasallante y que tiene en el legislativo y el judicial a sus siervos. En México el poder absoluto recae en un solo hombre.
En la actualidad, López Obrador es blanco de las críticas ya no solo de los medios locales por las decisiones que ha tomado en su gobierno, el Financial Times, medio británico calificó a nuestro presidente como el nuevo líder autoritario de América Latina, debido a la declaración de constitucionalidad de la consulta para juzgar a los ex presidentes, señala el diario que “hasta la SCJN ha cedido a la voluntad”, además de considerar que López Obrador es intolerante, que los resultados positivos en México desde que llegó al poder son escasos “salvo una modesta reforma de las pensiones” y recomendó cambiar de rumbo rotundamente, o aseguran que podría regresar a México al “pasado oscuro y represivo” que la población busca dejar atrás.
“Cuando un presidente exige ‘lealtad ciega’ de los funcionarios, deberían sonar las alarmas. Cuando pide el voto popular para enjuiciar a sus predecesores, lanza una andanada contra el organismo electoral independiente y avergüenza públicamente a quienes lo critican, hay buenas razones para sentir miedo”, abunda en la editorial.
Hay que recordar que, en mayo pasado, nuestro presidente tuvo un fuerte desencuentro con The New York Times, quien señalo el pésimo manejo de la pandemia del Coronavirus por parte del gobierno mexicano.
Andrés Manuel sigue los usos y costumbres de la política mexicana, no se le ve la intención de respetar la división de poderes (Ni al judicial ni al legislativo parecen importarles seguir siendo serviles) para evitar abusos de poder, por lo que la mentada “Cuarta Transformación” no será más que la continuidad del poderoso factótum político nacional, gobernando a capricho sin respeto de las demás visiones del país y sin mediar contrapeso alguno, será pues, una administración que legará pocos resultados en materias torales como educación, salud, seguridad y economía, vamos, no se ve por donde en los cuatro años que le restan se pueda consolidar la prometida y cacareada “Cuarta Transformación”.