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El socavón del SIAPA: metáfora del colapso institucional

En Jalisco, los burócratas celebran el “día del servidor público” con un San Lunes, como si la mejor manera de honrar su función fuera ausentarse de la responsabilidad que dicen encarnar. Mientras tanto, la realidad los alcanza en forma de agujeros que se abren bajo los pies de los ciudadanos: no son metáforas, son socavones.
Hace apenas unos días, en San Juan Bosco, el suelo se tragó a una mujer de 65 años frente a decenas de vecinos que observaban impotentes. No fue un imprevisto: el hueco llevaba más de un mes abierto, denunciado por comerciantes y vecinos, ignorado por la autoridad. La señora cayó al mismo agujero donde antes ya había desaparecido un camión del transporte público. No hablamos de la furia de la naturaleza, sino de la negligencia de una institución que ha hecho del “canalizar el reporte” un mantra burocrático para justificar la parálisis.
El Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) arrastra más baches que el pavimento que supuestamente debería vigilar. Se le prometió al Congreso una auditoría integral: 90 días para evaluar su operatividad, sus finanzas y la calidad del servicio. La fecha venció, pero el documento duerme en los cajones. Ni el diagnóstico se presentó, ni las promesas de los 21 diputados que votaron a favor del aumento a la tarifa del agua se cumplieron, sería bueno que la emecista Gabriela Cárdenas que encabezó la propuesta de aumento explicara para cuándo la auditoria y la mejora en el servicio.
Mientras tanto, Antonio Juárez Trueba, el titular del organismo, ofrece la misma cantaleta de siempre: que se canaliza el reporte, que se atenderá a la brevedad. Brevedad que en este caso significó un mes de espera hasta que un ser humano cayó en el hoyo.
La negligencia ya no cabe en comunicados. No es casualidad que, mientras los diputados se enredan en auditorías de escritorio, los ciudadanos literalmente se hunden. El colapso no es solo de las calles, sino de la institucionalidad.
En el Congreso, la diputada Cárdenas asegura que la próxima semana habrá resultados. Pero la ciudadanía no puede seguir aguardando a que los plazos burocráticos marquen la diferencia entre la vida y la muerte. Una auditoría no resuelve el hoyo que se traga a una mujer en plena mañana de tianguis.
Lo sucedido en San Juan Bosco es la radiografía del SIAPA: un organismo que promete diagnósticos, pero produce tragedias; que se dice técnico pero funciona con clientelismo; que presume de ser garante del agua pero se ha convertido en símbolo del abandono.
En el fondo, lo que se hunde no es solo el pavimento, sino la confianza en las instituciones. El socavón no se abrió de repente: lo cavó, palada tras palada, la desidia política. Y si alguien cree que este fue un accidente aislado, basta con mirar alrededor: cada tubería reventada, cada fuga no reparada, cada colonia que recibe agua turbia es un recordatorio de que Jalisco vive sobre un subsuelo corroído por la negligencia.
La pregunta es simple: ¿quién se hará responsable cuando el próximo agujero no se trague un camión o a una señora, sino a la credibilidad completa del sistema?
En X @DEPACHECOS