El Partido Acción Nacional (PAN) se ha caracterizado por ser una fuerza política que defiende los principios democráticos, la participación ciudadana y la pluralidad de ideas. Sin embargo, en el municipio de Etzatlán, Jalisco, parece que estos valores han sido olvidados por un grupo de caciques políticos que pretenden imponer a un candidato que no representa los intereses ni la identidad de los panistas de la región.
Se trata de Carlos Martínez Reyes, quien fue candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 2015, pero que no acudió a su registro por falta de apoyo popular. Ahora, este personaje busca ser el abanderado de la coalición PAN-PRI-PRD, que se ha conformado para enfrentar al partido oficialista Morena en las elecciones de 2021.
Pero ¿quién está detrás de esta imposición? Según denuncian algunos panistas de la región Valles, específicamente de Tequila y Etzatlán, el responsable es el diputado federal Gustavo Macías Zambrano, quien junto con el expresidente de Etzatlán Bonifacio Romero Velador y el exdiputado federal Ignacio Telles González, han tejido una red de influencias y negocios que los beneficia a ellos y a sus allegados, pero que perjudica al partido y a la ciudadanía.
Estos caciques políticos han utilizado al Comité Municipal del PAN en Etzatlán, que preside Antonio Salazar Espinoza, para convocar a una reunión el pasado 18 de enero, en la que se buscó favorecer la designación de Martínez Reyes, sin tomar en cuenta la opinión de los militantes, simpatizantes y pobladores del municipio. En dicha reunión, también estuvo presente Guillermo Ron, otro aspirante a la candidatura, quien dice, esperará al método de selección que llevará a cabo la Comisión Permanente Estatal del PAN Jalisco.
Esta decisión ha generado inconformidad y molestia entre los panistas activos del municipio, quienes ven en Carlos Martínez a una persona lejana al municipio, más enfocado a su trabajo en Tequila que en Etzatlán. Además, consideran que se trata de una traición a los principios del PAN, al querer postular a alguien que proviene de otro partido, que tiene una ideología distinta y que no cuenta con el respaldo de la gente.
Los panistas inconformes han manifestado su rechazo a esta imposición y han exigido que se respete la voluntad de las bases, que se abra un proceso democrático y transparente para elegir al candidato, y que se privilegie el perfil de alguien que conozca y atienda las necesidades del municipio, que tenga una trayectoria limpia y honesta, y que represente los valores e ideales del PAN.
La coalición PAN-PRI-PRD se ha presentado como una opción para recuperar el equilibrio y el contrapeso en el país, frente al autoritarismo y el retroceso que ha provocado el gobierno de Morena. Sin embargo, si esta coalición se basa en la imposición, el oportunismo y el pragmatismo, difícilmente podrá convencer al electorado de que es una alternativa viable y confiable.
El PAN debe recuperar su esencia democrática, su vocación ciudadana y su compromiso social, si quiere mantener su presencia y su relevancia en el escenario político nacional. No puede permitir que unos cuantos se apropien del partido y lo utilicen para sus fines personales. El caso de Etzatlán es un ejemplo de lo que no se debe hacer, y de lo que se debe corregir, si se quiere construir un verdadero cambio para México.
