OPINIÓN

El Laberinto de la Paridad: La Tormenta Política de Alberto Esquer

En las sombras de un escenario político donde el espectáculo y la intriga se entremezclan con el juego de poder, Alberto Esquer enfrenta la tormenta que azota su aspiración al Senado, marcada por un sello de desaprobación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Instituto Nacional Electoral (INE). Un juego de ajedrez donde los peones parecen moverse al ritmo de intereses ocultos y la paridad de género se erige como la reina sobre el tablero.

En este tablado, el 3 de abril se convirtió en un día que, a pesar de la esperanza que pudiera albergar Esquer y sus seguidores, se tiñó con los colores de la desilusión. Los magistrados, en un acto que para algunos podría parecer una simple formalidad legal, dictaminaron que el Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano, abanderado por Esquer, carecía de la solidez necesaria para prosperar. Janine M. Otálora Malassiso, con una frase que resonará en los corredores del poder, sentenció: “El acto impugnado carece de definitividad y firmeza”.

Este no es el primer revés para Esquer. Solo unos días antes, otro intento de impugnación fue desestimado por el TEPJF, dejando en el aire un último recurso aún no revisado. Pareciera que, en esta lucha por la justicia electoral, Esquer se encuentra nadando contra corriente, intentando aferrarse a cualquier tabla de salvación.

El origen de este laberinto burocrático se remonta al 21 de marzo, cuando el INE, en un movimiento que algunos interpretarían como una afrenta a la igualdad, decidió reemplazar las candidaturas de Esquer y Eliseo Fernández por incumplir con el principio de paridad de género. Movimiento Ciudadano, el partido en el ojo del huracán, había presentado una distribución desequilibrada de género entre sus candidatos, lo que encendió las alarmas del órgano electoral.

En un acto que algunos podrían describir como una ruleta rusa de la política, se llevó a cabo un sorteo aleatorio para determinar cuáles fórmulas de candidatura debían ser ajustadas. El destino quiso que Jalisco y Campeche fueran los escenarios de este drama político, con Mirza Flores Gómez y Dulce María Dorantes Cervera emergiendo como las figuras centrales en esta reconfiguración electoral.

La paridad de género, ese principio que debería ser celebrado como un avance hacia la igualdad, en esta ocasión se convierte en el verdugo de las aspiraciones políticas de Esquer. Se abre el telón para revelar una trama donde los derechos político-electorales chocan con las normativas de equidad, dejando en evidencia las tensiones y contradicciones que aún perviven en el seno de nuestra democracia.

Mientras Esquer se prepara para enfrentar el siguiente acto de este drama, queda en el aire la pregunta de qué movimientos restan en este juego de poder. ¿Será este el final de su carrera hacia el Senado o habrá un giro inesperado en los capítulos venideros? En este entramado de política y justicia, solo el tiempo desvelará el desenlace de esta historia cargada de ambiciones, desilusiones y la incansable búsqueda de un espacio en el escenario político mexicano.

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