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Xochitl ya es la coordinadora de esfuerzos

En un día lleno de simbolismo político, el 3 de septiembre quedará marcado en la historia política de México. Ante el icónico Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, Xóchitl Gálvez asumió oficialmente el papel de «coordinadora de los esfuerzos» del Frente Amplio por México, lo que esencialmente equivale a su candidatura presidencial, pero con un giro semántico para evitar restricciones electorales.

Acompañada por los líderes de los tres principales partidos de la oposición en México, Alejandro Moreno del PRI, Jesús Zambrano del PRD y Marko Cortés del PAN, Gálvez proclamó su candidatura como una esperanza para los mexicanos que anhelan un futuro mejor para el país.

Xóchitl Gálvez, senadora sin afiliación formal a ningún partido pero parte de la bancada del PAN en la Cámara Alta, fue designada «coordinadora» después de un proceso interno complejo que incluyó la recolección de miles de firmas de simpatizantes, debates, encuestas y que originalmente contemplaba una consulta nacional que finalmente se suspendió debido a la retirada de los demás aspirantes.

Este proceso no estuvo exento de controversias, ya que algunos aspirantes a la candidatura, como Jorge Luis Preciado, acusaron irregularidades en la recolección de firmas y argumentaron que el proceso estaba sesgado a favor de Gálvez. Incluso, políticos como el senador Germán Martínez se negaron a participar, denunciando que era una simulación para imponer a la senadora.

El presidente López Obrador, por su parte, desestimó todo el proceso como una farsa, sosteniendo que Gálvez representaba los intereses de una oligarquía deseosa de recuperar sus privilegios.

En este evento crucial, Gálvez también dio voz a Cecilia Flores Armenta, una madre de familia del estado de Sonora en busca de sus hijos desaparecidos desde 2015 en Bahía de Kino, quien ha solicitado una reunión con el presidente López Obrador sin éxito. Gálvez comparó su propia experiencia de ser ignorada por el mandatario con la de Ceci Flores y prometió abrir las puertas de Palacio Nacional «con la verdad y la esperanza».

Gálvez cerró su discurso con una promesa de transformación: «Vamos a hacer de México un país sin límites». Destacó su enfoque en soluciones más allá de la ideología y su exigencia de trabajo, honestidad y capacidad en su equipo. Su regla de oro, concluyó, es clara: «ni huevones ni rateros ni pendejos».

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