En días recientes, el Gobierno de Jalisco lanzó con bombos y platillos su Escuadrón Verde, presumiendo su carácter innovador y pretendiendo convencernos de que su fin es proteger el ambiente. Pero no es la primera vez que vemos a la administración sacar una carta de estas características bajo la manga. La pregunta es: ¿estamos ante una verdadera solución a los problemas medioambientales o simplemente es otra estrategia de caja camuflada?
El Escuadrón, con su flota de vehículos rotulados y acompañamiento policial, parece más una operación de miedo que un acto de concienciación ambiental. En tan solo unas horas, sancionaron a 131 vehículos. Si tomamos en cuenta las multas, la cifra económica es impactante. Y es que, para 2023, no verificar podría costar a los jaliscienses más de 2,000 pesos. ¿Es esta una manera de fomentar el cumplimiento o simplemente de recaudar?
Si bien se argumenta que esta iniciativa busca el cumplimiento de las leyes ecológicas, también es cierto que la eficacia de programas como este se mide por resultados a largo plazo y no por el número de multas impuestas en un día. Los vehículos son, sin duda, una fuente principal de contaminantes, pero también es cierto que, mientras se imponen multas a los ciudadanos, pocas acciones se ven frente a industrias y actividades que emiten una cantidad igual o mayor de contaminantes.
El verdadero problema no radica en la creación de un «escuadrón» que vigila y sanciona, sino en la falta de políticas claras y efectivas que promuevan una cultura ecológica, que incentive el uso de transporte alternativo y que priorice la salud de sus habitantes. Un programa de verificación vehicular es necesario, pero debe ir acompañado de otras medidas integrales y no solamente de sanciones.
Los jaliscienses no deben ser tratados como simples fuentes de ingreso. Se les debe informar, educar y proveer de alternativas viables. Multar sin brindar opciones tangibles es como pedir que se reme contra la corriente en un río desbocado.
Los turistas, aquellos visitantes que aportan al crecimiento económico del estado, también están en la mira. Si bien no están obligados a la Verificación Responsable, el proceso para obtener un Pase de Estancia Temporal parece más un laberinto burocrático que una solución.
Mientras el Escuadrón Verde recorre las calles de Jalisco, es necesario que los jaliscienses se pregunten si este es el verdadero camino hacia un futuro sustentable o simplemente un espejismo más de una administración que, ante la urgencia ecológica, prioriza la caja sobre la conciencia.
